Desglosando la PERSEVERANCIA

21.10.2011 23:53

Por Virginia Larrazábal

 

    Hoy el Señor me lanzó, reiteradas veces, la palabra “Perseverancia”. Creo que es un aspecto que he de reforzar en mi vida si quiero ver la palabra de Dios manifiesta en obras. Entonces, empecé a preguntarme ¿qué significa esa palabra?...por consiguiente, lo busqué en el diccionario, el cual dice lo siguiente:

 

“Firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo”

 

    “Parece fácil”, pensé. Sin embargo, el Señor no habla por hablar, así que yo misma desglosé la palabra y armé un concepto que resultó más poderoso y profundo de lo que contiene la definición del diccionario.

 

    La “P”, es el comienzo de ella, la cabeza, por lo tanto debe significar la Presencia de Dios. Todo debe empezar por allí. No podemos hacer nada fuera de ella…es una tontería andar, como muchos, de cuenta propia por un camino tan borrascoso como el que representa alcanzar el propósito de Él para nosotros. Es algo tan indispensable como el aire.

 

    Para poder alcanzar una meta, tenemos que aprender a Escuchar. Ésa es la segunda letra de la palabra, “E”. Muchas veces andamos distraídos con los ruidos del mundo y no nos percatamos de oír la voz que ofrece guía desde lo alto. Hagamos un poco de silencio y escuchemos…creo que nos sorprenderá descubrir que nuestros planes son muy pequeños comparados con los de Él.

    

    La “R”, tiene que ser Rectitud. Es sumamente importante caminar con honestidad y haciendo bien a los demás, actuando de buena fe sin importar que el mundo te muestre su peor lado…al final, ése a quien tenemos que rendirle cuentas está muy pendiente de que nuestros pasos no se desvíen. Él se encargará de recompensarnos en público.

 

    El Servicio es crucial. Dijo el mismo Jesucristo que “nunca se parecerán más a mí que cuando sirven”. Ése, precisamente, debe ser el significado de la “S”. Si se quiere llegar muy alto y ser un ejemplo para los demás, entonces debemos quitarnos las sandalias y lavar los pies de los otros, sin rastro alguno de altivez.

 

    Alcanzar un objetivo fijado requiere Entusiasmo…no se puede obtener un resultado óptimo si no se hacen las cosas de manera apasionada y se disfruta de cada detalle de la obra. He allí la segunda “E” en esta hermosa palabra.

 

“V” de Valentía…no muchos gozan de ella. Para los verdaderos campeones no es válido acobardarse, por el contrario, un ímpetu tenaz es lo que caracteriza un hombre que sabe hacia adonde va, sin importar quienes intenten desanimarlo en la carrera.

 

    Espíritu…¡adoro esta palabra!, porque es más que eso. La tercera “E” representa lo más hermoso que nos dejó el Señor antes de partir físicamente…el consolador, aquel que mora en ti y en mí, el guía, el que redarguye, el que jamás abandona…cuan bello es ser uno con el Espíritu de Dios y fortalecerlo a través de la oración y la práctica del amor.

    

    El Respeto no puede faltar. “R”. Juzgar es tarea de Dios, así lo dice su palabra, por lo que convivir y amar al prójimo por quién es, hace más ligero el equipaje cuando se tiene que viajar juntamente con otros…aceptar y dejar vivir. Así de sencillo.

 

    Amor es una palabra tan importante y tan rayada hoy día…sin embargo, el concepto genuino se ve manifiesto en el sacrificio que hizo Dios Padre al entregar a su Único hijo para que tú y yo tuviésemos la oportunidad de perseguir y perseverar por su regalo, la salvación. "A".

 

  “N” de Naturalidad. Ser nosotros mismos y no colocarnos corazas para encajar en los grupos sociales es lo que define a un líder, a un vencedor. Bien hizo David al quitarse la armadura de Saúl cuando éste se la ofreció para pelear con Goliat. ¿Por qué se la quitó? Porque, aunque lo protegía, no era de su talla, no se ajustaba a sus características, así que optó por mostrarse tal cual era.

 

    Poderosa es la “C” de Confianza. “Descansa en mí” dice el Señor…Él nos da paz en medio de los problemas…cuando descansamos en Él, no importa si no sabemos de dónde, siempre se tiene la seguridad de que Él proveerá. Eso es confianza y eso es lo que Jehová, nuestro Dios, espera de nosotros…que lo dejemos obrar sin dudas e incredulidad sobre su poder.

 

    “I” de Innovar. Hoy es muy bien premiada la sagacidad y la capacidad creativa con la que proponemos nuevas ideas que ayuden a arrancar, desatascar y/o dejar fluir un proyecto. “Pídeme que yo te daré” dice el Señor, así como Salomón pidió sabiduría, nosotros también podemos tenerla.

    

    Finalmente, “A”. Alabar. Es algo que no puede dejarse nunca a un lado. Toda la gloria y honra va hacia quien nos proporcionó los dones para desenvolvernos como seres humanos brillantes y productivos, dones que deben ser usados para glorificar al Padre que nos creó…adorar, alabar tiene que ser, para el corazón del hombre, un deber innato y un privilegio.

 

 

    Así, pues, defino la palabra PERSEVERANCIA. Ponerla en práctica, estoy segura, me traerá, no solo a mí sino a ti también, los frutos más dulces que hayan brotado jamás…tanto así, que todos querrán saber el secreto de nuestra cosecha. Anda, practiquémoslo y esperemos a ver qué pasa.