Mi testimonio

05.09.2011 22:30

Dios realmente transforma. Hasta no hace mucho, yo vivía en una confusión a causa del velo que los "cocteles espirituales" de moda me tenían puesto en los ojos. Llegué a aceptar creencias y doctrinas que, al principio, me parecían atractivas, lógicas, razonables...yo creía que conocía al Señor, creía que congregarme y que otros me hablaran del Él era atarme a un grupo de idólatras y exagerados. Qué equivocada estuve.

 

2 Corintios 5:7: porque por fe andamos, no por vista.

 

     Por ignorancia y estrategia del hombre y sus doctrinas erróneas, yo caí en cuenta que, con todo aquello que yo defendía, estaba desvirtuando el sacrificio del cordero de Dios en la cruz. Las corrientes orientales me llevaron a pensar que la salvación podía obtenerse a través del conocimiento, de obras, de la transmigración del alma.

 

Hebreos 13:9: No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas. 

 

     Cuando conocí verdaderamente a Cristo, el Espíritu Santo, quien redarguyó mi corazón y me hizo ver lo que no le agrada a Dios, puso en mi ser una pregunta: ¿Si logramos salvarnos a través de la iluminación, entonces qué validez tiene el sacrificio del Señor?. Todo eso me mantuvo aterrada por meses pues, ¿quién soy yo para subestimar el propósito divino de la cruxificción?... Tal fue mi clamor que Dios, en su infinita misericordia, me otorgó la gracia y mis ojos fueron abiertos. La salvación es un regalo precioso al cual todos tenemos acceso por el derramamiento de la sangre del cordero. No hay otra verdad. El Señor me rescató.

 

Efesios 4:14: para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error...

 

     Las escrituras sagradas exhortan a desechar cualquier doctrina creada a partir del razonamiento humano y a seguir fielmente la palabra y la profecía de la Palabra de Jesús y de la inspiración de los Apóstoles a través del Espíritu Santo.

 

1 Timoteo 4:1: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

 

     Una vez más, Dios en su inagotable misericordia me rescató de ser una apóstata más, una ciega rebelde y destinada a sufrir por causa de mi ignorancia y terquedad sobre lo que yo creí que era verdadero. El velo ha sido quitado de mis ojos y ahora SOY LIBRE de mi ceguera espiritual, gracias a Él. Jesucristo es el camino, LA VERDAD, y la vida. En Él se encuentra la luz y la respuesta a todas las confusiones que frenan la unción en nuestras vidas.

 

     Ahora yo puedo decirte con propiedad, querid@ herman@ que lees ésto, que hoy yo vivo con gozo en mi vida, viendo al mundo con otros ojos. He decidido apartar todo aquello que es nocivo y he humillado mi corazón a Él, quien es el dueño de la justicia, el que provee, el consolador...nada me falta si camino al lado de Pastor de Pastores. No son solo palabras bonitas, es mi testimonio real. Gloria a Cristo que me hizo su hija, bendito sea su nombre por toda la eternidad. Amén.

 

"El ciego quedó curado y veía todo con claridad” Marcos (8:22-26)